¿Qué es el cáncer infantil?
Es una enfermedad poco frecuente y no contagiosa en la que se produce una multiplicación y crecimiento descontrolado de células anormales, explica la Dra. Emma Concha, Pediatra y Hemato-oncóloga de Clínica Alemana.
Además, agrega que en algunos casos estas células se extienden más allá de los límites normales, pudiendo invadir partes adyacentes en el cuerpo y propagarse a otros órganos, proceso que se conoce como metástasis.
Cifras en Chile
Alrededor de 450 a 540 casos nuevos por año en menores de 15 años.
Es la 2da causa de muerte en niños entre los 5 y los 15 años, después de los accidentes.
Tasa de mortalidad: 3,7 por 100.000 niños.
Tipos de cáncer infantil
1- Leucemias: Cáncer de las células de la médula ósea que representa el 40 % de todos los cánceres infantiles. De ellas, las más frecuentes son:
Leucemia linfoblástica o linfática aguda: 31% de los casos.
Leucemia mieloide aguda: 7% de los casos.
Leucemia mieloide crónica: 2% de los casos.
2- Tumores del sistema nervioso central: 17% de los casos.
3- Linfomas: cáncer del sistema inmune que representa el 13% de los casos.
El porcentaje restante se explica con otros tipos de cáncer con menos presencia en Chile.
- La importancia del diagnóstico precoz
- La detección temprana del cáncer infantil ayuda a tener un mejor pronóstico:
- Menor mortalidad precoz
- Tratamientos menos intensos y con menos complicaciones
- Disminución de secuelas orgánicas y psicológicas
- Menor costo económico del tratamiento.
Gracias al diagnóstico precoz, las mejorías en el tratamiento y los cuidados de soporte es que un niño con diagnóstico de cáncer, actualmente, tiene una sobrevida global –a 5 años– de alrededor de un 70-75 %, según el tipo de tumor y etapa al diagnóstico.
Causas del cáncer infantil
De acuerdo con lo comentado por la doctora Emma Concha, la causa del cáncer infantil no está clara. Sin embargo, hay factores que lo predisponen.
Factores genéticos como:
- Síndrome de Down
- Turner
- Neurofibromatosis
- Esclerosis tuberosa
- Síndrome Li Fraumeni
Factores de riesgo inmunológicos como:
- Inmunodeficiencia combinada severa
- Inmunodeficiencia común variable
- Síndrome Wiscott -Aldrich
- Síndrome Di George
Las mutaciones genéticas que alteran las células y generan cáncer pueden ser de distinto origen. “El cáncer infantil tiene que ver con el período de crecimiento. Desde la concepción hasta los 20 años ocurren las dos terceras partes de las mutaciones genéticas espontáneas, como resultado de la división durante el crecimiento y desarrollo, pero estas mutaciones normalmente se reparan también en forma espontánea. Si esto no se logra –que es en un muy pequeño porcentaje– determina la aparición del cáncer” comenta la experta.
Síntomas y señales de alerta
Son diversos e inespecíficos, varían según las diferentes masas de tejido anormal. Son tumores de crecimiento rápido, por lo que generalmente tienen poco tiempo de síntomas.
Si tu hijo presenta uno o más de los siguientes síntomas o signos, acude al médico:
- Sudoración nocturna o excesiva.
- Pérdida de peso.
- Dolor de huesos y articulaciones.
- Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
- Fiebre persistente o recurrente, es decir, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.
Otros signos más específicos incluyen:
- Sangrado frecuentes de nariz o de encías al cepillarse los dientes.
- Puntos rojos o morados en la piel o moretones sin causa aparente.
- Crecimiento irregular en abdomen.
- Crecimiento de bolitas (ganglios) progresivo en cuello, axilas o ingles, sobre todo si son nódulos duros, grandes y sin datos de infección, que no disminuyen con desinflamatorios.
- Crecimiento anormal en cualquier parte del cuerpo.
- Reflejo blanco en pupila.
- Desviación de mirada o aumento de volumen en uno o ambos ojos.
- Dolor de cabeza persistente, que empeora con el tiempo y no cede con medicamento, despierta al paciente y es asociado a nausea o vómito, que puede estar acompañado de cambios de la conducta o alteraciones neurológicas (mareos, movimiento involuntarios, convulsiones, hormigueo, pérdida del equilibrio, alteraciones al caminar y/o pérdida de sensibilidad).