El intercambio sobre la reducción de la jornada laboral a 40 horas se convirtió en uno de los momentos más tensos del Debate Anatel, luego de que surgieran acusaciones cruzadas por el contenido real del programa del candidato republicano. La discusión se abrió cuando la candidata oficialista acusó un “tono divisorio” en el discurso de su contendor y lo responsabilizó de priorizar la confrontación política por sobre propuestas concretas para la ciudadanía.
La polémica se intensificó cuando la exministra sostuvo que el programa del abanderado de derecha contempla suspender la aplicación de las 40 horas en las pymes, contradiciendo sus declaraciones públicas. “Tú has dicho que es mentira que las vas a reducir, pero tu programa lo dice”, afirmó, acusando además desorden y falta de claridad en el documento. Según planteó, la falta de numeración de páginas sería una señal del mal desempeño que tuvo en debates anteriores, por lo que calificó el plan como poco transparente.
Desde la vereda republicana, la respuesta fue tajante: se negó que exista cualquier intención de eliminar la jornada de 40 horas y se reiteró que la propuesta contiene “tres ejes y 33 medidas”, ninguna de ellas apuntando a modificar ese derecho adquirido. El intercambio, sin embargo, se desplazó rápidamente hacia otros temas, cuando el líder del Partido Republicano llevó la conversación al avance de la delincuencia, los homicidios y el control de fronteras.
La candidata oficialista lo acusó de evitar responder directamente y de minimizar una política pública que, a su juicio, mejora la calidad de vida de las familias. Además, defendió su gestión en el impulso del salario mínimo, las pensiones y la reducción horaria, reprochándole no ofrecer soluciones concretas. Aunque el aspirante presidencial cerró comprometiendo que no revertirá derechos adquiridos, la candidata advirtió que su programa deberá ser corregido, ya que “no refleja lo que hoy está publicado”.